miércoles, 27 de mayo de 2015

Una apuesta a la palabra - Mayo de 2015

I N S T I T U T O   O S C A R   M A S O T T A 2
D e l e g a c i ó n   R í o   G a l l e g o s


UNA APUESTA A LA PALABRA
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 27 de Mayo de 2015)

Autor: Lic. Rocío Cabrera
(Miembro de la Delegación Río Gallegos del I.O.M.2)

Entre tantos discursos que hablan a y por los sujetos, queda olvidado que éstos tienen algo que decir. Y que, en el mejor de los casos, por lo menos tienen que estar advertidos de los discursos por los que son hablados.
Esto ya es una propuesta un tanto intimidante, en contraposición a la multiplicidad de ofertas terapéuticas en el mercado de la salud y del bienestar que se rigen por la aplicación de protocolos sin darle un mínimo lugar a la palabra del sujeto.
Son discursos que generan necesidades y dependencias: es necesario saber qué “nombre” tiene lo que me genera algún tipo de malestar para saber y poder obtener, en una lógica lineal, “la solución del mismo”. Sea con la receta que le indique cómo vivir (es decr, que el terapeuta le dirija su vida), sea con la receta que le indique qué psicofármaco utilizar (es decir, acallar su subjetividad).
No es poco frecuente escuchar a alguien que refiere “me dijeron que tengo que trabajar en la terapia mi miedo a… o mi dificultad con…” como ejemplo de una situación hipotética muy amplia.
Pero, y para su sorpresa, si hay un psicoanalista enfrente, puede producirse el encuentro con la emergencia de una pregunta sobre su malestar, con interrogantes a partir de las coordenadas que en el discurso del sujeto sostienen su decir y lo determinan: el inconsciente, para Freud.
La clínica del psicoanálisis es la clínica de las preguntas, y aborda al sujeto del inconsciente en tanto está determinado por deseos y satisfacciones que van más allá de sus motivaciones conscientes. Deseos y satisfacciones de las cuales no siempre quiere saber o reconocer.
En la experiencia analítica apuntamos a la emergencia del sujeto de la enunciación, aquel que se hará cargo de su decir y de su hacer, en definitiva un sujeto responsable de sus
condiciones de existencia.
Una clínica ética, implica transformar la verdad en saber, en expandir el saber que se articula a sus motivaciones inconscientes, ahí donde el sujeto ignora su verdad.
Siguiendo a Miller, no hay ningún punto técnico en el psicoanálisis que no se vincule con la cuestión ética, porque nos dirigimos al sujeto. La categoría de sujeto como tal, no puede ser colocada sino en la dimensión ética: “El paciente en la practica psiquiátrica, puede ser designado por los otros, por la familia, por el médico, por la sociedad por las instancias sociales, que le dicen, que ha de tratarse. Ese no es el caso de en la practica analítica. Hay una diferencia entre el paciente designado como paciente por los otros y el paciente del psicoanálisis. El primer pedido en la experiencia analítica es la demanda de ser admitido como paciente. El acto analítico ya esta presente en esa demanda de avalar, en el acto de autorizar la auto-avaluación de alguien que quiere ser un paciente” (Jacques-Alain Miller, “Introducción al método psicoanalítico”; Ed. Paidós, Bs. As., 1997).
Para incomodidad de los analistas, no existe la practica Standard, por lo que podemos encontrar en este aspecto, una diferenciación -entre tantas otras-, de las prácticas que se desprenden de la lógica homogeneizante que plantean los Manuales de Clasificación Diagnostica, donde a su vez encuentran cierto alivio quienes la ejercen, ya que hay un efecto de librarse de la responsabilidad de la practica y sus efectos.
No hay técnica diferenciada de la ética y, siguiendo a Jacques Lacan, el psicoanalista es aquel que produce efectos y es aquel que tiene que dar cuenta de esos efectos.
Es necesario remarcar que no es posible pensar la dimensión ética en desvinculación de la dimensión política. La ética del psicoanálisis se diferencia de la moral, ya que ésta remite a los valores e ideales exigidos en una época determinada: el deber ser. La ética del psicoanálisis, implica la lógica del sujeto, del sujeto del inconsciente, de la palabra y del discurso.
Hay ahí alguien que es responsable de los efectos de su palabra, así como de su silencio, sin perder de vista que quien comienza a tomar la palabra sobre lo que allí sucede es el sujeto que consulta, que desea ser paciente, y quien debe decir algo sobre su propio malestar, sobre su verdad, sin ser taponado por significantes impuestos por el Otro (sea social, familiar, institucional, etc.).
El analista, ante un sujeto que le habla, es quien toma la dirección de la cura y pone en cada caso particular su deseo de analizar, sin dejar de escuchar por detrás de aquello que se le dice.

La Delegación Río Gallegos del I.O.M.2, anuncia el próximo módulo del Seminario de Estudios Clínicos 2015: ¿De qué adolece un púber?, que se llevará a cabo el sábado 13 de Junio, de 10:00 a 13:00 hrs. - Aula A14 - Campus U.N.P.A. - U.A.R.G. La clase estará a cargo de la psicoanalista invitada Andrea Zelaya (Bs. As.), con la colaboración de Cintya González. Informes: bapriogallegos@gmail.com – Cel.: 2966 466777 / 2966 690793.

Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
E-mail: bapriogallegos@gmail.com


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