miércoles, 6 de junio de 2012

Familia y Subjetividad - Junio de 2012

I N S T I T U T O   O S C A R    M A S O T T A
D e l e g a c i ó n  R í o  G a l l e g o s


INCIDENCIA DE LAS TRANSFORMACIONES FAMILIARES EN LA SUBJETIVIDAD
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 06 de Junio de 2012)

Autor: Lic. Marina Filippo
(Responsable local del I.O.M. - Delegación Río Gallegos)

A lo largo de los tiempos la familia ha ido tomando diversas formas que, en su momento, prevalecieron sobre otras, dejando por fuera aquellas modalidades que no eran consideradas como tal. En un primer tiempo predominó la concepción religiosa de la familia, luego fue sustituida por la ilusión del lazo social natural.
En la actualidad nos encontramos con que el espacio familiar está sustancializado por lo jurídico. En este punto ya no podemos negar que la forma tradicional de la familia ha llegado a su fin, acaecido junto a un desplazamiento de la articulación de la autoridad.

Variaciones
Un factor decisivo, entre otros, en estas transformaciones es la declinación de todas las formas de autoridad alrededor de las cuales se organizaban las instituciones. Numerosos estudios sociológicos coinciden en esto y lo atribuyen al “dinamismo imparable de la globalización que nos arroja a una sociedad del riesgo y la contingencia, transformando el núcleo familiar, la intimidad de los sujetos y su relación con la autoridad” (Leonardo Gorostiza; “Autoridad”, en Revista Lacaniana 5-6, Bs. As., 2007).
En el seno de las familias, nos encontramos con la declinación de la autoridad paterna y correlativamente las modificaciones en el lugar de la mujer y la infancia. Vale decir, asistimos a una equiparación de los derechos entre mujeres y hombres, padres y niños, entre generaciones. Hay, entonces, un predominio de los lazos horizontales.
La igualdad de los derechos entre las mujeres y los hombres condujo a un nuevo término: parentalidad. El manto de
igualdad que los cubre pretende borrar las diferencias. Los avances tecnológicos acuden en auxilio ya que la procreación asistida aporta a la pluralización de vínculos que permiten articular padres e hijos fuera de la forma tradicional.
En cuanto al niño, pasó de ser tomado por la preocupación de la descendencia y la transmisión del nombre al lugar de objeto que organiza y causa el discurso familiar. Así como para Freud el niño era el Ideal, según Lacan queda encuadrado en el lugar de “objeto plus de goce”. El niño queda situado en una doble vertiente: por un lado, como objeto expuesto al tráfico, circulación y contiendas familiares; y por otro, como sujeto de derechos, cuya divulgación nos es bien conocida.
Consecuentemente, la vigilancia respecto de los abusos que el niño puede llegar a padecer opera un desplazamiento en lo que horroriza a la sociedad

Invariantes
A pesar de estas transformaciones, hay algo que se mantiene y es el empuje a la familia. Es decir, la familia pervive mediante un pacto estructural conformado por tres términos Padre – Madre – Hijo. Lo que varía son las condiciones de la relación entre ellos, lo cual produce nuevas máscaras.
Respecto del padre, la función que le atañe en tanto autoridad, función que no es privativa del hombre, es ofrecer puntos de anclaje al sujeto y regular los modos de satisfacción, es decir, que pueda humanizar el deseo, encarnar un modo de tratamiento efectivo del goce, cuestiones que promueven el sentido de la vida para el sujeto. Sin estas funciones el sujeto queda a la deriva y por lo cual la familia se ve obligada a reorganizar sus ideales y estructura simbólica de otra manera.
Asimismo, el lugar ganado por el niño en la sociedad hace que el debate sobre lo que se considera familia sea en torno a él. El niño define la familia y las discusiones actuales recaen sobre qué se puede considerar como tal alrededor de un niño.

¿Cuál es el interés de la familia para el psicoanálisis?
Frente a estos avatares de la familia en lo contemporáneo el psicoanálisis no puede quedar ajeno, ya que el síntoma se edifica en relación a lo social.
Tal como se ha dicho anteriormente, las variaciones en la articulación de la autoridad paterna no significan necesariamente el fin de la familia, más bien nos indican que exige una reorganización.
En una época en que la relación con la autoridad es lábil, frente a la proliferación de prácticas autodestructivas y disolución de identificaciones, asistimos a un refuerzo de los sistemas de vigilancia panópticos que se dedican a identificar cuerpos y modos de satisfacción en desmedro de la construcción de sistemas simbólicos.
La apuesta del psicoanálisis es que la ley, vale decir, la transmisión que atañe a quien representa la autoridad, se encarne en un deseo, atendiendo a las particularidades de manera tal que no quede reabsorbida en un discurso universal. Y ¿qué función le atañe al padre con sus avatares? No sólo prohibir, sino autorizar una relación confiable con el goce.

Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis.
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
E-mail: bapriogallegos@gmail.com

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