jueves, 8 de diciembre de 2011

El cuerpo y sus estigmas - Diciembre 2011

I N S T I T U T O   O S C A R    M A S O T T A
D e l e g a c i ó n  R í o  G a l l e g o s


EL CUERPO Y SUS ESTIGMAS: ELFENÓMENO PSICOSOMÁTICO
(Texto publicado en el diario La Opinión Austral, el día 07 de Diciembre de 2011)

Autor: Lic. Ariel San Román
(Co-responsable del I.O.M. - Delegación Río Gallegos)

A- Descartando a Descartes: El término “psicosomático” fue usado por primera vez por Johann Christian Heinroth en 1818 al discutir las causas del insomnio. Esta categoría, tiene como principal antecedente filosófico los desarrollos de René Descartes que hacen a la dicotomía mente-cuerpo: el soma se escinde de la psique y pasa a ser el objeto de estudio privilegiado por la Ciencia médica. Podemos pensar que la categoría introducida por Heinroth, es un intento de reintegrar dicha dualidad; o por lo menos, estrechar esa abertura.
Iniciativa que continúa Sigmund Freud. En un artículo clásico, escrito en 1888 y publicado en 1893, establece una distinción semiológica fundamental entre las parálisis motrices orgánicas y las histéricas: "Yo afirmo, por el contrario, que la lesión de las parálisis histéricas debe ser por completo independiente de la anatomía del sistema nervioso, puesto que la histeria se comporta en sus parálisis y otras manifestaciones como si la anatomía no existiera, o como si no tuviera noticia alguna de ella...Afirmo, con Janet, que es la concepción trivial, popular, de los órganos y del cuerpo en general la que está en juego en las parálisis histéricas, así como en las anestesias, etc.". Es decir, que los sujetos sintomatizan en el cuerpo de acuerdo a la representación simbólica que tienen de éste (por ejemplo: parálisis histéricas, impotencia, frigidez, dolores de cabeza, encopresis y enuresis, actos fallidos, dislocación o torpeza corporal al sentirse mirados, etc.).
B- Cuerpo psicoanalítico vs. cuerpo biológico: Esta indicación sirve de antecedente a Jacques Lacan para elaborar la distinción –también en sus inicios, 1936– entre el cuerpo biológico y el cuerpo como construcción simbólico (palabras) e imaginaria (la imagen del propio cuerpo), producto del encuentro del cachorro humano con el lenguaje. En ese entrecruzamiento,
el organismo puro obtiene otro estatuto al ser nombrado, apalabrado y resignificado vía el discurso de sus referentes primordiales: “tiene los ojos de la madre”, “manos de pianista”, etc. Se construye así un cuerpo estructurado por el lenguaje, con una organización pulsional (zonas erógenas), con tabúes y condiciones eróticas, como una superficie a ser inscripta (tatuajes), como estandarte (las modas), como instrumento de nuestras satisfacciones, como representación mental que permite decir –ilusoriamente– Yo.
C- El Fenómeno Psicosomático: Ahora bien, ante esta lógica de estructuración del cuerpo el fenómeno psicosomático (FPS) aparece como un acontecimiento que lo perfora. El FPS un padecimiento con lesión anatómica verificable. Por el lugar que ocupa en la economía subjetiva en quienes lo padecen (mínima angustia, sobre adaptados, no hablan de ello, no se quejan, no les concierne, no los interroga), se evidencia que es un fenómeno que no participa del cuerpo como construcción psíquica. Más bien, es un emergente del cuerpo biológico y sujeto a sus leyes, no a las del Inconsciente. No puede articularse e interpretarse a modo de un síntoma neurótico, con una determinación simbólica; no puede adjudicársele un sentido.
De lo que se trata en el FPS no es de una interferencia entre lo somático y lo psíquico, sino del cuerpo biológico con el cuerpo como representación. Es un estigma que supone una falla parcial de la función de la palabra al investir al cuerpo.
En su "Conferencia de Ginebra sobre el síntoma" de 1975, Jacques Lacan propone que el fenómeno psicosomático no es un síntoma como el neurótico, no está en el registro del lenguaje, pero sí es una forma de escritura, una especie de fijación congelada; más que un enigma, es algo cercano a un jeroglífico que se escribe en el cuerpo, pero sin que tengamos la posibilidad de hallar una clave para descifrarlo. El trazo o la escritura de la psicosomática no es articulable, por ello no tiene posibilidad de significación. El FPS manifiesta un acontecimiento que horada al cuerpo, cuya característica es que se constituye como un resto bruto, algo del organismo no transferido al lenguaje.
Entonces, si se plantea que es un fenómeno no analizable ni interpretable, ¿por dónde iría la dirección de la cura de lo psicosomático? Lacan da una orientación, al responder una pregunta en dicha conferencia: “En esto podemos esperar que el inconsciente, la invención del inconsciente pueda servir para algo.”
D- Un tratamiento posible: Un modo de entender esta indicación, es que la dirección de la cura del FPS debe discurrir por el intento de elevarlo al estatuto de letra: que ese acontecimiento biológico deje de ser un jeroglífico sin sentido y pase a ser una letra o un significante que sea posible de ser leído. Que esa lesión emerja como una palabra que tenga algo para decir sobre el sujeto que lo padece.
En otros términos, no es ubicar una interpretación vía el sentido (al estilo: “a usted le pasa esto porque está estresado…”); ya que podemos prefigurarnos la dificultad de instalar algún sentido en algo que no está articulado al lenguaje. Los sujetos que presentan un fenómeno psicosomático, llegan con un significante impuesto por el Otro social que intenta anexarle alguna significación: “nervioso, estrés, psicosomático”, etc. Significantes que, al modo de una etiqueta, no dicen nada. Lo que se plantea, es que el sujeto pueda hacer una nominación particular de eso que está instalado como lesión: darle un nombre particular, que lo concierna subjetivamente.
Si el fenómeno psicosomático es algo que perfora al cuerpo simbólico e imaginario, un camino a seguir es agujerear lo que agujerea. Al poder nombrarlo, no ya con esas etiquetas adosadas por el Otro, ese acontecimiento psicosomático que quedaba por fuera de toda articulación, puede ingresar dentro de la economía subjetiva. Al decir de los psicoanalistas, pasar a la contabilidad del Inconsciente. Y esa lesión congelada puede recobrar un sentido para el sujeto que lo padece, con su consecuente mitigación del sufrimiento que se corrobora en la práctica clínica.

Auspicia: U.N.P.A – U.A.R.G – Colegio de Psicólogos de Santa Cruz – Biblioteca Austral de Psicoanálisis.
Informes: (02966) 15459476 – 15466777 – 15690793
E-mail: bapriogallegos@gmail.com

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